lunes, 9 de julio de 2012

I don't need no other lover



Si es cuestión de ser sincera, nunca me ha gustado Yoko Ono. Siempre la he visto como una arpía en la vida de John Lennon y la carrera de The Beatles, que intentaba trepar a través de él hasta conseguir lo que deseaba. Hasta hace poco prefería a Cynthia Powell, me parecía tan indefensa y perdida, como yo. 
Pero hasta ahora nunca me paré a pensar en él, en él y sus razones, realmente era víctima de mi realidad y mi supuesta idealización en cuanto a relaciones se refiere, siempre pensé en el egoísmo de Cynthia, y en el mío... 
Pero creces, y te das cuenta de que es necesario avanzar, que realmente John estaba atrapado, y que Yoko supo sacarle lo mejor de él, su sonrisa y sus mejores emociones. Y cuando encuentras a esa persona, da igual la situación en la que te encuentres, lucharás por mantener a esa persona a tu lado hasta consumiros mutuamente emocionalmente. Y eso fue lo que hicieron, Yoko y John, John y Yoko. Aunque también hay que decir que huyeron del Reino Unido por posición de droga, pero a pesar de todo, juntos, siempre juntos.
A veces es precioso imaginar, imaginar que somos la Yoko de ese alguien especial.

Mi Yoko. Esther Arias Jiménez