martes, 12 de febrero de 2013

Un pueblo instruido es difícil de gobernar



LUIS GONZÁLEZ CAMPO
Somos humanos, nos gusta el poder y durante siglos hemos exhibido nuestra vanidad censurando cualquier avance que nos hiciera débiles. Ya en la antigüedad el poder se opuso a que la escritura estuviera en manos del pueblo. Un pueblo analfabeto es más fácil de gobernar que un pueblo instruido y han sido varias las veces en la historia que las clases en el poder han intentado vetar el acceso al progreso y la cultura a las clases más pobres. La quema de grandes bibliotecas como Tebas o Alejandría, la destrucción de libros y manuscritos por parte de los radicales beréberes en la floreciente cultura Andalusí, la eliminación por parte del clero casi por completo de cualquier documento escrito de la increíble y todavía enigmática cultura Maya por considerarlo demoníaco y el holocausto bibliotecario llevado a cabo por los nazis el siglo pasado son ejemplos de cómo el progreso no gustaba a todos. Progreso igual a libertad, quizá la palabra libertad no gustase a muchos.

Cuando aparece un nuevo avance solo unos pocos pueden acceder a él, eso pasó con la escritura. Primero solo para los nobles y el clero, luego se extendió a estratos sociales más bajos. En las ciudades de la edad media, cada vez más personas sabían leer y escribir y apareció el oficio de "mercader de noticias" (periodistas). Con la aparición del periodismo aparece algo que hasta entonces no había existido, el sentimiento crítico o como yo lo he denominado “el sentimiento molesto para algunos”. Los periodistas ponían en tela de juicio el poder establecido, las ciencias y las técnicas divulgadas durante la época, incuestionables. Monarcas, príncipes y el clérigos vieron cómo se cuestionaba el hasta entonces poder intocable (un poder divino) que tenían, debían buscar soluciones, querían callar al pueblo, la difusión de la escritura era un asunto feo y pusieron la maquinaria del estado a trabajar para amordazar el periodismo y la difusión de los distintos textos que no les favorecían. Carlos V, con el Edicto de Worms (1521), estableció en el Imperio germánico la prohibición de imprimir, difundir y leer cualquier texto no aprobado por él mismo en materias no religiosas y por el obispo correspondiente en las religiosas. El
sistema más famoso y extendido de censura de la época fue el de la Iglesia católica (¿qué sería de nuestra historia sin la mordaza de la iglesia?) dijo Don Quijote, con el Índice de libros prohibidos. ¡Con la iglesia hemos topado amigo Sancho!

No podríamos haber creado nuestra historia sin la comunicación, gracias a ella sobrevivimos como especie. Durante siglos la oralidad fue la única forma de comunicación. La escritura que permitió ordenar y elaborar el pensamiento, y almacenar y transmitir esa memoria histórica, se veía, ahora, en peligro por cuatro idiotas temerosos de que otros accedieran a la cultura. Pero, por suerte todo cambió. El modelo autoritario fue debilitándose y la escritura fue llegando a todas las clases. A mi juicio, la escritura trajo la cultura y esta la democracia bajo el baluarte de la igualdad, el estado de bienestar se propuso alfabetizar a todos los niños y hoy día en España son pocos los niños que no saben leer, ni escribir. Un pueblo instruido es más difícil de gobernar, pero un pueblo alfabetizado también nos lleva a un sistema democrático más justo. Sus ciudadanos no se dejan engañar, la escritura quitó al autoritarismo la máscara del engaño y trajo la justicia.
El último siglo nos trajo internet y la revolución digital, ahora cualquiera puede acceder a documentos mediante la red. Millones de documentos a un solo clic, internet surgió con el fin de democratizar la sociedad y acercar los pueblo, pero ¿no se ha vendido al poder? Sí, los poderosos deciden qué información es la más importante, cuando buscamos en Google nos aparece un ranking con un orden preestablecido por la compañía que a la vez está financiada por los hombres más pudientes del planeta. Esto deriva en un nuevo problema, el analfacibernétismo, personas que no saben usar la red, ni las nuevas tecnologías. El estado lejos de hacer algo, está permitiendo que grandes segmentos de población no tengan acceso a estas nuevas redes para acceder a la información y es que en internet la información se multiplica. Si antes los periódicos nos contaban un determinado número de noticias al día, hoy en la red podemos encontrar un número infinito de noticias de cualquier lugar. Los gobernantes se han dado cuenta que la red es la nueva forma de escribir, esto no gusta porque ya con la invención de la imprenta se derribó el estado autoritario y quizá estemos ante el derrumbe de la democracia tal y como la conocemos, cerrada y llena de escándalos.

La tecnología está abriendo la democracia al ciudadano de a pie, estamos más informados de los asuntos que nos conciernen. Dentro de unos años no habrá secretos entre el pueblo y
la clase política, internet nos lleva al verdadero poder del pueblo. Quizá sea esto lo que molesta a nuestros políticos, quizá sea esto lo que hace que quieran hacernos analfabetos, analfabicebernéticos.

martes, 5 de febrero de 2013

Sin comunicación no hay Historia



LUIS GONZÁLEZ CAMPO 

Somos vanidosos por naturaleza, lejos de ser algo de lo que debamos avergonzarnos yo creo que gracias nuestra vanidad hemos construido nuestra historia. Hasta el siglo XVI quisimos creer esa estúpida teoría geocéntrica que decía que la Tierra estaba en el centro del universo (Ptolomeo, siglo II) e incluso enjuiciamos a todos aquellos que decían que aquello era falso. Pensaban nuestros antepasados que todo giraba alrededor nuestro, que éramos el pueblo elegido para formar la historia. Y es que la historia no es individual sino social, cuando adquirimos esa conciencia empezamos a crear la historia de la humanidad. 

Pero no podríamos haber creado nuestra historia sin la comunicación, gracias a ella sobrevivimos como especie. Durante un largo periodo de tiempo la oralidad fue la única forma de comunicación. Mediante esta tradición oral se trasmitieron relatos de generación en generación. Tras ellos apareció la escritura que permitió ordenar y elaborar el pensamiento, y almacenar y transmitir esa memoria histórica. Fue esa identidad grupal que adquirimos la que nos movió a escribir nuestra historia. Gracias a la traducción del latín que realizó Averroes, entre otros, de los estudios de la filosofía aristotélica nos dimos cuenta de la mortalidad de nuestra alma y por tanto, tuvimos conciencia de la existencia del tiempo. El ser humano tiene como destino morir, Julio Cesar lloró ante el busto de Alejandro Magno porque a su edad este había alcanzado éxitos que el aún no había experimentado. "Si no te recuerdan no importa lo bueno que seas" reza el dicho, los seres humanos tenemos miedo a morir sin que nuestra existencia sea recordada mínimamente. Esto es a mi parecer lo que impulsa la creación de la historia, nadie quiere desaparecer al morir, muchos tienen miedo a que la muerte se lleve con ellos sus actos.  

Un antiguo profesor me decía que "el tiempo pasa sin anunciar su prisa". Todo pueblo tiene miedo a que el tiempo devore su historia, por eso a mi propio juicio la Historia es una materia muy importante porque sin ella seríamos pueblos sin historia y sin ella no cabría ni tan si quiera la existencia de la palabra pueblo. Todo pueblo necesita un punto de partida para ser considerado como tal. Es necesario buscar en el pasado, porque de lo contrario no se entendería el presente. Aunque, todo lo que acontece no es historia, eso lo sabía muy bien Herodoto que utilizaba como criterio preguntarse cuales eran los acontecimientos más relevantes para su pueblo. Simplificando podríamos relacionarlo con un termino de gran uso periodístico el "efecto Mateo" que dice "muchos son los llamados y pocos los elegidos". Con esto quiero decir que solo unos pocos personajes son los elegidos para polarizar el interés de los historiadores al igual que ocurre en los medios de comunicación. La Historia no puede ser la suma de las historias personales de unos individual, el sujeto de la Historia es genérico.  

Si la aparición de la escritura fue importante para la Historia, con la invención de la imprenta por parte de Gutenberg en el siglo XV nos encontramos ante una revolución. La imprenta creó a mi juicio el individualismo y estimuló la idea de la fama. Ahora cualquier a hazaña podía ser escrita y difundida a muchas más personas. En el último siglo con la aparición de internet y la posibilidad de guardar de forma digital los documentos han aumentado las posibilidades de la Historia, en los últimos años se han generado y guardar más documentos que en varios siglos pasados juntos. Ahora cualquiera sabe leer y escribir, la alfabetización de la población ha supuesto un proceso muy importante para la creación de la historia de un pueblo.  

Si queremos relacionar Historia y comunicación no podemos olvidar el último proceso al que estamos asistiendo, la globalización o la  aldea global de Marshall McLuhan. Un proceso que esta acercando a los diversos pueblos y que he decidido incluir en este comentario porque creo que gracias a el la humanidad está tomando conciencia de ser un único pueblo. Alejándose de la idea de la división de pueblos que teníamos antes, por ejemplo la división en reinos. En mi opinión gracias a las nuevas formas de comunicación la Historia será más fácil, aún quedan demasiadas historias por contar. Sin historias no habría periodismo y sin periodismo no habría Historia.

lunes, 28 de enero de 2013

¡Soberano yo, no el Fondo Monetario!




LUIS GONZÁLEZ CAMPO

Dicen que la soberanía residente en el pueblo es un derecho inalienable o eso es lo que quisieron hacernos pensar. Ayer, los hombres de negro del FMI llegaron a España con la intención de verificar si España cumple las condiciones exigidas por Bruselas a cambio del rescate bancario. Ya lo dijo el jurista italiano Luigi Ferrajoli “el estado moderno resulta pequeño para los grandes problemas”, la clase política ha renunciado a nuestra soberanía económica y se la ha regalado a nuestros socios europeos.

Cada cuatro años estos politicuchos nos venden oro a precio de chollo. Luego, cuando tienen como deber moral consultarnos en referéndum qué políticas económicas queremos seguir, miran para otro lado. Confían más en los acuerdos a los que puedan llegar en los despachos los líderes conservadores y neoliberales europeos antes que en la voluntad popular.

Estamos ante una crisis no solo económica. A mi me da igual lo que hagan los hombres de negro, pero ¡que lo hagan en su país! Están resquebrajando la idea de estado moderno, están robándonos nuestra identidad. Quizá yo solo sea un estudiante, pero no quiero quedarme sin patria, ni bandera. No quiero una España a la alemana, me gusta la tortilla de patatas española.