LUIS GONZÁLEZ CAMPO
Que España se ha convertido en un
país de pandereta no es ya ninguna novedad. Corruptos y fascistas hacen juzgar
al juez Garzón. Ellos salen impunes de su putrefacción, el juez es llevado a la
guillotina y su carrera judicial es decapitada. La justicia podría haber
demostrado su independencia del poder político, pero ha dado un paso atrás desequilibrando
la balanza de la verdad. La Dama de la Justicia ya no está ciega, se ha quitado
la venda y se ha puesto al servicio de los corrompidos. Hay que pedir a los
jueces que impartan justicia de una vez y descabecen la Gürtel. ¿Cuántas veces
más la justicia va a salvar el culo al
Partido Popular?
Quiero vivir en un país donde los jueces hagan justicia, los
políticos hagan igualdad y los ciudadanos hagan democracia.
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