LUIS GONZÁLEZ CAMPO
Dicen que
la soberanía residente en el pueblo es un derecho inalienable o eso es lo que
quisieron hacernos pensar. Ayer, los hombres de negro del FMI llegaron a España
con la intención de verificar si España cumple
las condiciones exigidas por Bruselas a cambio del rescate bancario. Ya lo dijo
el jurista italiano Luigi Ferrajoli “el estado moderno resulta pequeño para los
grandes problemas”, la clase política ha renunciado a nuestra soberanía
económica y se la ha regalado a nuestros socios europeos.
Cada cuatro años estos politicuchos nos venden oro a precio de chollo.
Luego, cuando tienen como deber moral consultarnos en referéndum qué políticas
económicas queremos seguir, miran para otro lado. Confían
más en los acuerdos a los que puedan llegar en los despachos los líderes
conservadores y neoliberales europeos antes que en la voluntad popular.
Estamos
ante una crisis no solo económica. A mi me da igual lo que hagan los hombres de
negro, pero ¡que lo hagan en su país! Están resquebrajando la idea de estado
moderno, están robándonos nuestra identidad. Quizá yo solo sea un estudiante,
pero no quiero quedarme sin patria, ni bandera. No quiero una España a la
alemana, me gusta la tortilla de patatas española.
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